Ofrenda de Muertos 27/10/2014

La tradición latinoamericana de construir altares dedicados a diferentes deidades paganas se remonta a la época precolombina, y luego se enriqueció de significado con la introducción de la religión católica.

De hecho, hasta la fecha, además de visitar los panteones, las familias construyen altares como una ofrenda para el alma de los seres queridos que han abandonado esta tierra.

Es una oportunidad para recordar a familiares y amigos en el día de Todos los Santos y acercarse a los conceptos de vida y muerte como eventos naturales, desde un punto de vista humano y religioso.

Según la tradición, las almas regresan a la tierra el primero y el dos de noviembre para visitarnos. Pero no se debe tener miedo en absoluto, sino prepararse para recibirlos con humildad y respeto de una manera alegre, creativa e incluso divertida. Se arregla un rincón del lugar destinado a la ofrenda, que puede ser privado o público (en la casa, escuela, oficina), con elementos llenos de simbología.

Hecho en tres niveles, el altar representa la tierra y el cielo; hecho de tres escaleras simboliza la trinidad o la tierra, el purgatorio y el cielo; en cambio en siete niveles representa las diferentes fases por las cuales el espíritu debe pasar para alcanzar la paz, o los siete pecados capitales.

El altar está construido con elementos característicos del período de otoño, incluidas las flores de naranja (cempasúchil) o sus pétalos, para indicar a las almas el camino hacia la ofrenda, frutas y verduras de temporada, frutos secos, agua y sal como elementos de purificación. Pero sobre todo con la imagen de los seres queridos que ya no están, la abuela, el tío, el primo o el amigo y con la comida y los objetos que amaron en vida. Para embellecer se usan velas, esqueletos de papel, objetos religiosos y papel de seda de colores, cortados de una manera particular (papel picado) el cual tiene el significado del aire: * aquí está el tutorial para hacerlo en casa.

No pueden faltar las delicias que incluyen el pan de muerto, un postre que recuerda los huesos que dan forma a nuestro cuerpo, pero que también significa el cuerpo de Cristo, las calaveras hechas con azúcar y muchos otros postres tradicionales hechos con leche, chocolate, coco, amaranto, arroz y calabaza.

La idea es involucrar a grandes y pequeños en la elaboración del altar conmemorativo, que puede comenzar a mediados de octubre (cuanto antes comience, más elementos se pueden agregar todos los días), en especial si se ha experimentado la perdida de un ser querido recientemente, de esta manera el altar se construye como un homenaje.

Nosotros en la familia hemos montado un altar sencillo de dos niveles, con los retratos de nuestros seres queridos montados en hermosos marcos plateados. Día a día hemos agregado uno o más elementos nuevos. Primero colocamos las plantas, el libro de las oraciones, las velas y las banderitas de papel. Luego la fruta, la comida que le gustaba a nuestros parientes, particularmente a mi abuelo le gustaba la salsa de chile y la cerveza, por tal motivo están presentes. Luego agregamos pan, dulces y agua, construimos el esqueleto y coloreamos calaveras de papel.

Al mismo tiempo, también preparamos un lugar en nuestros corazones y en nuestra memoria para dar la bienvenida al recuerdo de estas personas especiales con dulzura y serenidad.

Texto y fotos: Sonia Lopez